El packaging refleja el espíritu dominicano a través de la cara de una mujer dominicana, que desempeña un papel fundamental en los campos agrícolas y se ve siempre plasmada en el arte de la isla, con sus labios en forma de grano de café y un pañuelo relleno de textura que representa la mezcla de las culturas.
Hay una continuidad en las bolsas, completando las caras, que destaca la diversidad y la cadena humana que hay detrás de la producción del café.
Por otro lado, se usa el fondo de la bolsa como un elemento gráfico más del packaging y el aspecto es limpio y minimalista, distinguiéndose estéticamente en el mercado local con un aire europeo que representa a la marca LBVG, ya que los dueños son de origen francés, aunque con descendencia dominicana. En todo momento se destaca que es un producto 100% dominicano y el orgullo de pertenencia a la isla. El tipo de café y el peso se seleccionan a mano durante el proceso de embolsado del café.